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Sonos Port, probamos una excelente fuente de sonido digital


Sonos Port a fondo OK

Sonos sigue ampliando y poniendo al día su gama de productos. Ampliando porque recientemente han presentado algunas novedades y “puesto al día” porque algunos productos son actualizaciones de algo que ya tenían o tuvieron. Es el caso del Sonos Port que ahora probamos, que reemplaza al antiguo Sonos Connect. Es como aquél una fuente de música para añadir la reproducción en red a cualquier sistema de sonido. Por función y forma se parece al Sonos Amp que ya probamos pero en este caso necesita un amplificador externo y su precio se queda en 450 euros (el Amp sube hasta 700 euros).

Frente al Sonos Amp

Igual que cuando probamos el Sonos Amp revisamos sus antecedentes, del Port también. Como hemos señalado el Sonos Connect fue durante mucho tiempo la alternativa para quienes tenían un equipo de música y querían añadirle Sonos. Es decir, añadir capacidad de reproducir archivos de música, conectarse a radios por internet, o a los actuales servicios de música en línea, además de estar incluido en un sistema multihabitación. El nuevo Port presenta un diseño más sencillo y discreto que el antiguo Connect, con un perfil más bajo y en línea con el Amp. En el cambio hay que reconocer que hemos perdido un par de cosas: la salida digital óptica (ahora solo coaxial) y los botones frontales. Con ellos podías subir o bajar el volumen, y pausar la música, sin recurrir a nada más. El Port no tiene ningún control, ni siquiera los (perfectos) táctiles del Amp: hay que tener a mano móvil y aplicación.

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Conexiones traseras del sonos Port

Al analizar el Amp vimos que Sonos le había añadido algunas prestaciones respecto del antiguo Connect:Amp. Más potencia, un tamaño más compacto y mejor disipación (se calienta menos), incluso la opción de usar varios en un sistema de cine en casa. Y los controles táctiles citados. Nada de esto ocurre en el Port: la parte del cine no tendría mucho sentido pero sí echamos de menos los controles. También, que el Port pudiera reproducir archivos de sonido de alta resolución. Quizás una futura actualización lo permita… Sospechamos que así puede ser y el hardware se ha preparado para ello ya que usa un chip DAC más moderno. Esto ya ofrece así mejor sonido ahora, pero abre la puerta a que una actualización permita mayores prestaciones. Ahora mismo si le enviamos algo por encima de 16bit/44 kHz lo reduce a ese formato, ya sea un archivo propio compartido o vía Tidal (MQA).

¿Qué permite el Port?

El Sonos Port llega destinado a aquellos aficionados que ya tienen equipo de música. Es decir: tienes tus altavoces, tu amplificador, quizás tu tocadiscos… etcétera. Y quieres descubrir esto de la música “desmaterializada”, es decir, escuchar música sin tener que tocar un vinilo o CD. En realidad el Port abre las puertas a una nueva dimensión… Hay miles de radios en internet, muchas especializadas en tipos de música para cualquier gusto. Luego tenemos los servicios como Spotify o Tidal (entre otros) donde buscamos lo que queremos escuchar.

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Sonos Port en un equipo estéreo tradicional

Si además tenemos otros altavoces o productos Sonos, o más de un equipo y un Port en cada uno: multihabitación. Es compatible con AirPlay2, es decir, podemos enviarle música desde cualquier dispositivo iOS, diferente a cada habitación si queremos. Como dispone de una entrada RCA estándar, si lo conectamos por ahí a la salida del amplificador (Tape REC) podremos compartir la música del equipo. Por ejemplo: ponemos un vinilo en el equipo principal, y la señal le llega al Port por esa entrada. Podremos escuchar ese disco en el resto de la casa aprovechando la conectividad del Sonos. Seguramente de ahí viene su nombre: es un “puerto”, para acceder a la música digital en un equipo antiguo, y viceversa.

Cómo es el Sonos Port

Se trata de una compacta caja de apenas 14 centímetros de lado por 4 de alto, que pesa 472 gramos. Solo está disponible (de momento) en negro mate, como el Amp, y solo dispone de un LED blanco que indica cuando está en marcha. En caso de fallo o al instalarlo luce naranja o verde, según la fase en que esté.

Por detrás tiene todas las conexiones: las salidas analógicas RCA para el amplificador y una digital (solo coaxial RCA). Esta la usaremos si nuestro amplificador tiene entradas digitales (como los de AV de cine). También servirá para un convertidor DAC externo que pueda mejorar la calidad del interno del Port. Luego tiene la pareja de entradas RCA para compartir música (de un plato por ejemplo).

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Para la red, tiene dos Ethernet (bien pensado, para poder conectar algo más) y Wifi (802.11b/g). Además tiene la entrada de alimentación (no va directo a 220, lleva adaptador) y una salida para activar otros aparatos. Esto último es útil en caso de instalación oculta, para que encienda (y luego apague) un amplificador por ejemplo.

Como no tiene ningún control (táctil ni botones) necesitamos a mano móvil o tableta con la App Sonos, completísima y fácil por cierto. Tampoco tiene en Port micrófonos para aceptar órdenes habladas (extraño ya que los últimos productos Sonos lo llevan). Así que podremos usar Siri, Alexa, etcétera… solamente a través del móvil u otro Sonos con ello activo.

Unbox e instalación

Cuando probamos el AMP tuvimos bastante trabajo por sus diferentes posibilidades. El Port es una fuente estéreo nada más (y nada menos) pero aprovechamos para probarlo en diferente sistemas. Antes de nada, al recibirlo llegó el dulce momento de desembalarlo. Y decimos dulce porque los productos Sonos vienen exquisitamente preparados, muy al estilo Apple. En este caso el embalaje era más sencillo de lo habitual pero aún así no faltaba la fundita de tela para el aparato en sí. Así nos llega impecable, y físicamente es un dispositivo agradable al tacto.

La instalación es igual de sencilla que en cualquier otro Sonos. La aplicación nos guiará para añadir un nuevo dispositivo: lo enchufaremos, y todo sucede como está previsto. Se conecta a nuestra Wifi y si lo tenemos con cable de red, más fácil todavía. Una vez “activo” podemos conectarlo al equipo de sonido que tengamos previsto. Si queremos enviar música al resto de la casa (otros Sonos) habrá que conectar la salida del amplificador (REC o TAPE REC) a la entrada del Port. Para escuchar el Sonos Port, de él hacia el amplificador como una fuente más, ya sea por vía analógica (pareja de RCA derecha/izquierda) o digital (coaxial, un solo RCA). El Port como su nombre indica será nuestro “puerto” de entrada a la música digital del siglo XXI en cualquier equipo de música… También el “puerto” para enviar al resto de la casa música desde ese equipo, por ejemplo desde un tocadiscos. Lo único que no está disponible es el ajuste Trueplay, como ya vimos en el Amp, una pena porque ayuda a mejorar el sonido.

Música desmaterializada…

Acostumbrado a un equipo de sonido clásico, a un aficionado tradicional le podrá parecer extraño añadir una fuente a su sistema y… que no haya “nada” que ponerle. Hasta la fecha, las fuentes venían acompañados de formatos físicos: vinilos, cintas, cassettes, discos compactos, SACD, DVD, etcétera. Aquí lo único que tenemos es una conexión a internet… pero eso es mucho: lo es todo.

Sonos se ha preocupado de que sea sencillo y compatible con la mayor cantidad de servicios de música posible. La lista es interminable, con más de cuarenta servicios. Nuestros favoritos incluidos, por supuesto: Tidal, Spotify, Quobuz, Apple Music, incluso desde hace poco YouTube Music. La aplicación que más usamos ya que ofrece música con compresión sin pérdidas (FLAC) es Tidal. Y también Spotify, cuyas listas son las mejores con una discoteca casi infinita. Los menús de Tidal están perfectamente integrados en la aplicación Sonos: se accede a los favoritos sin problema, y se pueden elegir favoritos que guarde la aplicación. Lo mismo con Spotify: basta registrar nuestro usuario y la conexión funciona a partir de entonces de forma transparente.

Debemos subrayar lo buena que es la aplicación de control de Sonos. Hemos probado muchos reproductores en red, y ésa es una cosa clave. Además de que algunos ofrecen prestaciones extra o en algún caso se puede apreciar un sonido más refinado, que su aplicación no “dé guerra”, es una bendición. Los Sonos funcionan perfectos con su App pero además permiten usar algunas otras universales también sin cuelgues, retardos ni otros problemas. Podremos escuchar rápidamente cualquier radio por Internet, con una buena selección propia. Es fácil conectarse a nuestra biblioteca doméstica compartida, y navegar por ella.

De audición

Aprovechando el compacto tamaño del Sonos Port lo probamos en nuestros propios sistemas pero también en algún otro fuera de casa. Como equipos familiares, tres: el más capaz (sótano tratado y grandes altavoces), el doméstico (salón sin excesivo tratamiento y cajas compactas) y el de despacho (monitores y auriculares). Fuera, aprovechamos una audición en otro equipo para ver qué tal se portaba en Sonos y también dejarlo ver y escuchar a más personas.

El Port es un Sonos algo especial: los demás productos, casi todos altavoces menos el Amp, son su propia fuente de sonido. Éste se inserta en un sistema existente y por lo tanto el sonido “ya lo tenemos” y lo que añadimos es una fuente (muy versátil). Además de sus facilidades, ya apuntadas, necesitaremos que su sonido no se quede atrás respecto al equipo. Y no lo hizo en ningún caso, la verdad. En algunos casos probamos su salida digital para aprovechar un convertidor DAC de superior calidad. Tampoco en ese caso se quedó atrás el Sonos Port.

En equipos cuyos componentes sumaban hasta dos ceros más que el precio del Port, éste no desentonó como fuente digital. Con las grandes cajas Legacy Audio Signature y amplificación tanto de válvulas como de estado sólido, el caso más extremo, el pequeño Sonos ofrecía música sin complejos. Y con la ventaja de ir seleccionando en el móvil qué queríamos escuchar a continuación… perfecto. En el equipo intermedio, que también es de un precio medio por componente muy superior al del Port, éste aguantó perfectamente frente a otro reproductor en red especializado que quintuplicaba su precio. Y otro tanto en el despacho, donde además la escucha con auriculares (con un amplificador dedicado) no dio malas sorpresas en forma de ruidos. Nuestra conclusión es que hace falta un sistema de muy altos vuelos, y enfrentarlo a un reproductor en red que multiplique el precio del Port varias veces, para apreciar cómo mejorar el Sonos: muy bien.

Más extras

El Port sirve para abrir cualquier equipo de música al universo de la música digital. Pero es una puerta de dos direcciones: también sirve para recibir música de ese equipo. Y compartirla en el resto de la casa a través de la red Sonos. La aplicación más evidente será posiblemente la que usa la marca en sus catálogos: conectarle un tocadiscos para escuchar vinilos. Para ello, el Port debe conectarse al amplificador al que también está conectado el plato, pues hace falta la preamplificación de “fono”. Lo hicimos y funciona, claro. Además el sonido llega perfectamente, con ese toque cálido del vinilo. Curioso, porque ese “sonido analógico” se ha convertido a digital en el Port, se ha enviado por la red, y ha pasado de digital a analógico en el otro Sonos (un Amp en nuestro caso)…

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Sonos Port como “emisora” para un tocadiscos

Pero no le vemos un interés demasiado grande: alguien tiene que estar pendiente del vinilo que, aproximadamente, dura 20 minutos… Nos tocó bajar escaleras corriendo más de una vez. Sí estuvo interesante otro experimento: conectarle un sintonizador. Sí, una radio FM de calidad, que con una buena antena todavía ofrece un sonido de buena calidad… y también analógico. Como la mayoría de emisoras también están en internet, no fue difícil comparar algunas emisiones en directo entre la FM analógica (vía Port, digitalizada) frente al “streaming”. Aparte del ligero desfase temporal, sonaba bastante mejor ¡la analógica! Entendemos que en digital usan mucha compresión y por eso el sonido recibido es peor… pero ahí tenemos una inesperada aplicación del Port. Escuchar la radio de toda la vida, en altavoces Sonos, con mejor calidad.

Conclusiones

Después de haber probado el AMP sabíamos que el Port, a fin de cuentas una versión simplificada y sin amplificación interna, nos gustaría. Se instala sin problemas y se maneja fácilmente, dejándonos escuchar música de muy diferentes orígenes. Lo mejor: realmente abre las puertas a un nuevo universo musical para cualquier equipo de música. Además lo hace sin complejos, algo que hemos podido comprobar en diferentes sistemas y comparaciones. Echamos de menos alguna otra conexión (auriculares directa, digital óptica), también los controles táctiles de otros Sonos. Pero tiene un precio competitivo en el mercado del HiFi y ofrece opciones poco habituales, como poder compartir música del equipo hacia otras habitaciones. Otro buen dispositivo de Sonos, muy recomendable.

Sonos Port

Tipo Reproductor en red
Alimentación Adaptador externo con entrada AC universal
Entradas 1 estéreo analógica RCA, 2 Ethernet (con salida-bucle).
Salidas 1 estéreo analógica RCA, 1 digital coaxial RCA-SPDIF
Trigger 1 salida (12V) para activar otros aparatos
Controles Ninguno directo (App Sonos o compatible)
Mando a distancia Ninguno
Red WiFi 802.11 b/g/n, Ethernet
Accesorios Cables RCA estéreo
Compatibilidad AirPlay 2, Spotify, Tidal, Tune-in… (virtualmente todos los servicios en línea)
Colores Negro satinado
Dimensiones 138 x 138 x 41 mm
Peso 472 gramos
Fecha de lanzamiento Disponible
Precio 450 euros

 

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Josep Armengol https://www.tuexperto.com

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